Poesía Lírica
La poesía lírica es una composición en verso en la que el autor expresa sentimientos. Tiene un alto grado de subjetividad, ya que los sentimientos, pasiones o emociones pueden sentirse y expresarse de diferente manera.
En la poesía lírica abundan los recursos estilísticos, como metáforas o imágenes. El autor se sirve de un amplio abanico de figuras literarias para transmitir sus emociones.
Tiene su origen en la Antigua Grecia, donde los bardos y heraldos recitaban sus composiciones con el acompañamiento de una lira (de ahí su nombre). Dentro de los grandes géneros literarios, pertenece a la Lírica (los otros son el Drama y la Épica).
Características de la poesía lírica
La poesía lírica es reconocible por una serie de características habituales. Las más definitorias de este tipo de poesía son las siguientes:
- Presencia de sentimientos y emociones. El poeta expone sus sentimientos, sean reales o fingidos, como penas, amores o alegrías.
- Es subjetiva, introspectiva e íntima. El autor, en primera persona, expone las emociones desde su punto de vista, tal y como las siente, o como cree que las siente.
- Abundancia de figuras literarias. El uso de metáforas, apóstrofos, símiles o comparaciones ayudan al poeta a plasmar sus emociones y sentimientos, al hacerlos identificables y expresivos. Por lo tanto, estéticamente, son composiciones muy ricas.
- Brevedad. La poesía lírica no tiene un gran número de versos, sino que son composiciones cortas ajustadas normalmente a determinadas estrofas o combinaciones de estrofas (soneto, cuarteto, etc.).
- No narra una historia. No cuenta hechos del mundo exterior ni sucesos ocurridos.
Ejemplos de poemas líricos
1. Poema de amor
Safo de Lesbos (c. 650 a. C. - 510 a. C.) fue una de las poetisas más influyentes en la historia de la literatura.
Igual parece a los eternos dioses
quien logra verse frente a ti sentado:
¡feliz si goza tu palabra suave,
suave tu risa!
A mí en el pecho el corazón se oprime.
Solo en mirarte: ni la voz acierta
de mi garganta a prorrumpir; y rota
calla la lengua
fuego sutil dentro de mi cuerpo todo
presto discurre: los inciertos ojos
vagan sin rumbo, los oídos hacen
ronco zumbido
me cubro toda de sudor helado:
pálida quedo cual marchita hierba
y ya, sin fuerzas, sin aliento, inerte
parezco muerta.
2. Yo te suplico
Píndaro (c. 518 a. C. - 438 a. C.) fue uno de los grandes nombres de la poesía lírica de la Antigüedad.
¡Yo te suplico, de esplendores amiga, tú, la más bella
de las ciudades mortales, de Perséfone sede!
¡La que en las riberas del Acragas, criador de rebaños,
habitas la bien edificada colona, oh, reina!
Propicia recibe, con la complacencia de los Inmortales y de hombres,
esta corona de Delfos para el muy glorioso Midas,
y a él en persona que a Grecia venció con el arte que antaño
Palas Atenea inventó, cuando el triste lamento tejió
de las atrevidas Gorgonas.
3. Canción XVII
Francesco Petrarca (1305 - 1374) le dio un nuevo impulso a la lírica.
Llanto amargo me mueve de la cara,
de suspiros entre un viento angustioso,
cuando hacia vos los ojos volver oso,
única que del mundo me separa.Verdad es que la mansa risa clara
a mi ardiente deseo es un reposo,
pues cuando atento en vos la vista poso,
del fuero del martirio ella me ampara.Pero luego mi espíritu se hiela
al ver cómo apartáis con gestos suaves
mis fatales estrellas, cuando os dejo.Librada al fin con amorosas llaves,
por seguiros, del pecho el alma vuela;
y, pensativo, asaz de ella me alejo.
4. Soneto
Íñigo López de Mendoza (1398 - 1448), marqués de Santillana, compuso este poema rico en matices y figuras retóricas.
Non es el rayo del Febo luziente,
nin los filos de Arabia más fermosos
que los vuestros cabellos luminosos,
nin gema de topaza tan fulgente.
Eran ligados de un verdor plaziente
e flores de jazmín que los ornava
e su perfecta belleza mostrava,
cual biva flama o estrella d´Oriente.Loó mi lengua, maguer sea indigna,
aquel buen punto que primero vi
la vuestra imagen e forma divina,tal como perla e claro rubí,
e vuestra vista társica e benigna,
a cuyo esguarde e merced me di.
5. Soneto
Luisa de Carvajal (1566 o 1568 - 1614) pone los sentimientos en boca de Silva. Notemos cómo se sirve de apóstrofo (dirigirse a una entidad, fuerza de la naturaleza o personificación) para dirigirge a las ninfas.
En el siniesro brazo recostada
de su amado pastor, Silva dormía,
y con la diestra mano la tenía
con un estrecho abrazo a sí allegada.Y de aquel dulce sueño recordada,
le dijo: "El corazón del alma mía
vela, y yo duermo. ¡Ay! Suma alegría,
cuál me tiene tu amor tan traspasada!"."Ninfas del paraíso soberanas,
sabed que estoy enferma y muy herida
de unos abrasadísimos amores"."Cercadme de odoríferas manzanas,
pues me veis, como fénix, encendida,
y cercadme también de amenas flores".
6. Otra suya a i partida
Lope de Sosa fue un autor portugués que compuso algunos poemas líricos en castellano, como el que presentamos como ejemplo.
Cuando de vos me partiere,
serámi pena tan fuerte,
que del dolor qu sintiere
el primer passo que diere
ha de ser el de la muerte.
Las leguas parescerán
mayores de lo que son,
pues que dexo el coraçón
do lo sospiros vernán
7. Al que ingrato me deja, busco amante
Sor Juana Inés de la Cruz (1651 - 1695) fue una de las grandes autoras del lirismo. Debido al largo título de este poema, optamos por nombrarlo por su primer verso.
Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.Pero yo, por mejor partido escojo
de quien no quiero ser violento empleo,
que, por de quien no me quiere, vil despojo.
8. Rima XIV
Gustavo Adolfo Bécquer (1836 - 1870) fue un poeta del romanticismo tardío. Una de las características de la poesía del romanticismo es la exageración de las pasiones.
Te vi en un punto y, flotando ante mis ojos,
la imagen de tus ojos se quedó,
como la mancha oscura orlada en fuego
que flota y ciega si se mira al sol.Adondequiera que la vista clavo,
torno a ver las pupilas llamear,
mas no te encuentro a ti, que es tu mirada,
unos ojos, los tuyos, nada más.De mi alcoba en el ángulo los miro
desasidos fantásticos lucir;
cuando duermo los siento que se ciernen,
de par en par abiertos sobre mí,Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche
llevan al caminante a perecer;
yo me siento arrastrado por tus ojos,
pero adónde me arrastran, no lo sé.
9. Si tú me olvidas (fragmento)
Presentamos un fragmento de Si tú me olvidas, del chileno Pablo Neruda (1904-1973).
[...]
Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
10. El enamorado
Jorge Luis Borges (1899 - 1986) fue el autor de este maravilloso soneto.
Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pasados mares
que roen de la tierra los pilares.Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.
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Cómo citar: Muriel, Tomás (28/10/2024). "Poesía Lírica". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/poesia-lirica/ Consultado: