Minerales en los alimentos
Los minerales en los alimentos son nutrientes que necesitamos los seres humanos para realizar las funciones vitales. Son elementos naturales e inorgánicos que presentan un bajo porcentaje en la composición total de nuestro cuerpo.
Aunque precisamos de poca cantidad de minerales, es vital que los asimilemos con frecuencia. Junto a las vitaminas, los ácidos grasos esenciales y los aminoácidos esenciales, los minerales son uno de los cuatro tipos de nutrientes esenciales. Es decir, no podemos producirlos, por lo que debemos ingerirlos para que nuestro cuerpo tenga toda la energía necesaria y funcione bien.
Algunos ejemplos de minerales que el cuerpo necesita en mayor cantidad, los que llamamos macrominerales, son el calcio, potasio, fósforo, sodio y magnesio. Estos difieren de los cuatro elementos orgánicos más abundantes en el ser humano, que son el oxígeno, hidrógeno, carbono y nitrógeno.
También hay otros minerales que debemos ingerir en menores cantidades, los cuales llamamos microminerales. Ejemplos de este tipo son el hierro, zinc, yodo, manganeso y flúor.
Estos minerales participan en procesos de gran importancia, como la transmisión de señales nerviosas, la formación de huesos o la regulación del ritmo cardíaco. También son un componente en varios tipos de moléculas, como las membranas celulares, las enzimas, otras proteínas e incluso el ADN.
Función de los minerales en la nutrición
Los minerales son imprescindibles para realizar todas las funciones vitales en el cuerpo humano. Forman parte de todos los órganos y tipos de células que tenemos, así que su presencia es esencial.
Por ejemplo, algunas funciones que realizan los minerales son:
- la formación de huesos, dientes y células sanguíneas;
- intervenir en la transmisión de los impulsos nerviosos a través de todo el cuerpo;
- regular el ritmo cardíaco;
- permitir la contracción y estiramiento de músculos;
- producir hormonas;
- intervenir en las diferentes reacciones metabólicas de cada célula;
- asegurar el buen funcionamiento de las enzimas;
- y eliminar toxinas del cuerpo;
Los minerales cooperan con los cuatro elementos orgánicos vitales, que son el hidrógeno, carbono, nitrógeno y oxígeno. La combinación de estos elementos con minerales da lugar a moléculas como proteínas, hemoglobinas o las membranas celulares. Por esa razón, si no consumimos suficientes minerales, nuestras capacidades funcionales pueden verse deterioradas.
Tipos de minerales en alimentos y dónde se obtienen
Los minerales para nuestra alimentación se clasifican según la cantidad que necesitamos de cada uno para realizar nuestras funciones vitales. En este sentido, podemos hablar de macrominerales y microminerales.
Macrominerales
Los macrominerales son minerales que el cuerpo humano necesita en mayor cantidad, comparado con otros. Sin estos, padeceríamos de enfermedades y disfunciones en todos los órganos.
Los macrominerales son el calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre.
Calcio: es un mineral clave en la formación de huesos, dientes y las células sanguíneas. También tiene un papel importante en el tejido conjuntivo y en sistemas como el nervioso, circulatorio, muscular y digestivo.
El calcio se puede hallar en productos lácteos, huevos, pescados (como sardinas y salmón), frutos secos (como nueces), semillas, tofú y verduras.
Fósforo: usualmente en forma de fosfato, es uno de los componentes en los huesos y células de todo el cuerpo, especialmente en el tejido nervioso y las membranas celulares. Además, forma parte del ADN y el ATP, una molécula que da la energía necesaria a las células para que realicen todas sus funciones.
El fósforo se encuentra en la carne roja, en pescados, productos lácteos, arroz, pan, soja, frutos secos y avena.
Magnesio: es un mineral hallado en los huesos, y de gran importancia para asimilar el calcio y la vitamina C. Además, interviene en el equilibrio del SNC (sistema nervioso central) y la transmisión de impulsos nerviosos.
El magnesio se obtiene de las espinacas, legumbres, nueces, cacao, aguacate, soja, mantequilla de maní y granos enteros.
Sodio: este mineral regula el equilibrio hídrico en el cuerpo. Además, es uno de los electrolitos más importantes, y participa tanto en la regulación del ATP como la transmisión de impulsos nerviosos.
El sodio se halla sobre todo en la sal de mesa, pero está presente en la mayoría de alimentos.
Potasio: también participa en la regulación del ATP y el equilibrio hídrico. Sumado a eso, es clave en el músculo cardíaco y el sistema nervioso.
Podemos ingerir potasio a partir de tomates, productos lácteos, plátanos, zanahorias, patatas dulces, frutos secos, frijoles, lentejas y mariscos.
Cloro: es un componente del ácido clorhídrico, utilizado para la digestión en el estómago. Asimismo, asiste al hígado en la eliminación de toxinas.
El cloro se encuentra en la sal, las aceitunas, las algas y el agua.
Azufre: se encuentra en todas las células del cuerpo humano, especialmente en cartílagos y uñas. Forma parte de algunas hormonas y vitaminas, e interviene en la neutralización de toxinas.
Alimentos como legumbres, yemas de huevo, cebollas, ajo, espárragos, puerro, pescados y coles contienen azufre.
Microminerales
Los microminerales, también llamados oligoelementos, son aquellos que el cuerpo humano precisa en menor cantidad. Estos también son vitales para un buen funcionamiento de todos los órganos.
Los microminerales son el hierro, zinc, yodo, flúor, cobre, selenio, manganeso, molibdeno, cobalto y cromo.
Hierro: es un mineral requerido para producir hemoglobina, por lo que es vital para el transporte de oxígeno hacia todas las células del cuerpo. Además, forma parte de algunas proteínas y enzimas.
Alimentos ricos en hierro son las carnes, mariscos, frijoles, frutos secos, verduras y yemas de huevo.
Zinc: está en todas las células del cuerpo humano, pues es requerido en diferentes procesos metabólicos y en enzimas como la carboxipeptidasa.
Podemos encontrar zinc en crustáceos, ostras, carnes rojas, huevos, productos lácteos, nueces y granos enteros.
Yodo: es esencial en la salud de la tiroides y la síntesis de las hormonas tiroideas, así como otras hormonas. Por ello, ayuda al crecimiento corporal y de los dientes, uñas, cabello y piel.
El yodo está en alimentos como algas, sal marina, mariscos, granos y huevos.
Flúor: este mineral fortalece los huesos y dientes, y mantiene firmes su estructura. El flúor se halla en algunos cereales integrales y legumbres, además de mariscos, ostras, cacao, frutos secos y semillas.
Cobre: es necesario en varias de las enzimas que participan en reacciones redox dentro de las células. También para asimilar el hierro y la vitamina C.
El cobre se encuentra en legumbres, cereales integrales, mariscos, ostras, semillas, frutos secos, cacao y pimienta.
Selenio: es un mineral esencial en el funcionamiento de enzimas antioxidantes. Podemos encontrar selenio en las carnes, productos lácteos, huevos, mariscos, granos, tomates, cebollas y ajos.
Manganeso: es un cofactor en las funciones enzimáticas, participando sobre todo en la síntesis de grasas. También sirve para asimilar vitaminas C y B1.
El manganeso está en granos, legumbres, semillas, frutos secos, verduras de hoja, té, café, pescados y crustáceos.
Molibdeno: forma parte de un tipo de enzimas llamadas oxidasas. Lo encontramos en legumbres, cereales integrales, frutos secos y algunas verduras.
Cobalto: es un componente de la vitamina B12, e interviene en la formación de glóbulos rojos. Este mineral está en alimentos de origen animal, cebollas, higos y lentejas.
Cromo: es un mineral implicado en el transporte de proteínas, así como el metabolismo de lípidos, glucosa y carbohidratos. Está presente en productos integrales, carnes, uvas y brócoli.
Hay otros minerales que se hallan en el cuerpo humano, pero se desconocen sus papeles, como el bromo, el boro, el níquel o el arsénico.
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Cómo citar: Rhoton, Stephen (10/02/2025). "Minerales en los alimentos". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/minerales-en-los-alimentos/ Consultado: