Dionisio (dios griego del vino)
Dionisio (o Dioniso) es el dios griego del vino y la diversión. También de la danza, el teatro y los excesos y placeres de la vida.
En general, Dionisio representa todo aquello que provoque "enthusiasmós", entusiasmo, pasión, locura o éxtasis.
Hijo de Zeus, (el Dios más poderoso de la mitología griega), y Sémele, una hermosa mujer mortal, fue rescatado y criado por ninfas y sátiros a la muerte de su madre en Oriente (lugar que los griegos consideraban "sin civilizar").
Su naturaleza es doble y contradictoria. Por un lado, representa la alegría, la diversión y el placer. Por otro, la violencia o la locura, relacionadas con la embriaguez y los excesos.
Su imagen es a menudo ambigua, con el pelo largo y rizado y en ocasiones con barba.
Se lo representa con una corona de mirto (lo que también llevaban a menudo sus seguidoras), una parra, por su relación con el vino y también con un tirso, una vara que lleva anudada una hoja de hiedra y rodeado de sátiros (mitad hombres y mitad cabras) y ménades (mujeres que participaban en las celebraciones y que bailaban frenéticamente en su honor).
Los rituales en honor a Dionisio eran conocidos como las Dionisias o fiestas dionisíacas y gozaban de una gran popularidad en Grecia. En ellas se realizaban procesiones, danzas, se tocaba música y se representaban obras de teatro.
Fue conocido como Baco en la mitología romana.
Dionisio en la mitología griega
Según la mayoría de las versiones, Hera sentía celos de la relación de Zeus con Sémele, la madre de Dionisio. Por ello, la diosa provocó que Sémele (una mujer mortal) quedara deslumbrada ante la visión de Zeus (el dios del panteón griego), que murió al contemplar su luz. Zeus entonces salvó al feto, cosiéndolo a su muslo y acunándolo hasta el momento de su nacimiento.
Por ello se conoce también a Dionisio como el "nacido dos veces".
Además, se cree que su culto no es de origen griego y que llegó hasta la Antigua Grecia como influencia de otras culturas. Un culto que se relaciona también con el inicio de la producción y el consumo de vino en el mundo heleno.
Se lo representa siempre como un Dios viajero, que no habita un lugar en particular, sino que recorre los caminos enseñando a vendimiar y a disfrutar de la vida allá donde va.
Posteriormente, Dionisio bajaría a los infiernos en busca de su madre, Sémele. La rescató y regreso con ella al Olimpo, donde terminaría habitando. Por lo que forma parte de los 12 dioses olímpicos del panteón griego.
Pero su relación en la liberación de los instintos, con seres "salvajes" como los sátiros, su fidelidad a Ariadna y su origen extranjero lo convierten en un dios contradictorio y diferente dentro el panteón griego.
El mito de Dionisio y Ariadna
La historia de Dionisio y Ariadna es posterior al famoso mito del Minotauro y el Laberinto.
Teseo, tras derrotar al Minotauro, ayudado por el hilo que le había entregado Ariadna, fue con ella a descansar a la isla de Naxos.
Pero la abandonó y partió hacia Atenas.
Dionisio encontró a Ariadna sola en la isla y se enamoró de ella. La hizo su esposa y la convirtió en una de sus seguidoras y diosas menores. Ariadna se convirtió en la esposa inmortal de Dionisio y tuvo varios hijos con él.
Dionisio, los piratas y el barco de oro
Dionisio fue secuestrado por un grupo de piratas que no sabían quién era. Intentaron atarlo, pero las cuerdas se convertían en sarmientos de vid. Dionisio se reveló como el dios que era y se liberó.
Pero, además, quiso compensar a uno de los piratas por haberle mostrado el debido respeto, por lo que le otorgó un barco de oro.
Ver también Mitología Griega y Los principales dioses griegos y su significado.
Dionisio como dios del vino, el placer y los excesos
Según la mitología, enseñó a los hombres cómo cultivar la vid, cosechar las uvas y producir vino. Fue así como se convirtió en un símbolo de la alegría, provocada por esta bebida y también de la embriaguez.
Es patrón y protector de los vinicultores. Y, en consecuencia, de las celebraciones y festividades relacionadas con el vino.
De hecho, el vino, además de ser una bebida común en la antigua Grecia (y también en la Antigua Roma), tenía un simbolismo importante en las celebraciones religiosas y culturales. Se asociaba con la alegría, pero también con la fertilidad y la divinidad.
Por todo ello se acudió a Dionisio para llenar la vida de diversión, pero también de frutos fértiles.
Las fiestas dionisiacas o dionisias
Las fiestas que se realizaban en su honor eran conocidas Dionisias y, a menudo, incluían el consumo de vino. A ello se sumaban danzas, música, procesiones o teatro. Eran momentos llenos de alegría y éxtasis generalizado, en los que se alababa al dios del vino, potenciado a su vez por el consumo de esta bebida.
El placer y el éxtasis que se alcanzaba en estas fiestas, contrastaba también con los efectos del consumo excesivo de alcohol. Estos podían llevar fácilmente a la embriaguez, la locura o los actos fuera de control. De ahí la naturaleza dual de este dios.
"El triunfo de Baco", pintura de Diego Velázquez, creada en 1629.
Dionisio como dios de la danza y el teatro
Las Dionisias incluían bailes y todo tipo de expresiones artísticas.
Por ello, Dionisio es considerado también el Dios de la danza. Porque su adoración involucraba rituales y festividades con el baile y la música como parte integral de la celebración.
De hecho, se creía que Dionisio ayudaba, a través de la danza, a conectar a las personas con la naturaleza. Y también a liberarlas de sus inhibiciones.
Sin embargo, sus seguidores, llamados también ménades y sátiros, a menudo participaban danzas frenéticas, que llevaban a situaciones fuera de todo control.
Por otro lado, no se lo considera el "Dios del Teatro" en el sentido estricto, pero sí desempeñó un papel clave en las celebraciones y festivales de teatro en la antigua Grecia.
Por eso es considerado también el patrón de las artes escénicas. A él acudían los actores y los dramaturgos en busca de inspiración y de creatividad.
Además, en las Dionisias también se realizaban representaciones teatrales. Tanto tragedias, como comedias.
Autores como Sófocles, Eurípides y Esquilo crearon muchas de las obras más famosas de este género, y sus actuaciones eran parte integral de las festividades dionisiacas.
Aristófanes, uno de escritores de comedias más famosos del mundo heleno, también participó en estos festivales.
El culto a Baco en Roma y las grandes bacanales
Baco, el nombre que dieron los romanos a Dionisio, desempeñó un papel importante en la antigua Roma.
En honor a Baco, se celebraban festividades llamadas "Bacanales", que recordaban a las Dionisias griegas.
Conocidas por su carácter hedonista, en ellas las personas se liberaban de sus inhibiciones, mientras consumían vino, bailaban y se entregaban a los placeres carnales.
Las Bacanales eran llevadas a cabo principalmente por mujeres, conocidas como "bacantes" o "ménades", y sátiros. Durante estas festividades, se creía que las personas entraban en un estado de éxtasis divino.
Además, el vino continúo teniendo un papel fundamental, incluso se le otorgó un carácter casi divino.
El origen del carnaval actual
Las dionisias griegas y las bacanales romanas están, además, en el origen de los actuales carnavales.
Los rituales de la Antigua Roma, transformados por el cristianismo, se extendieron por Europa.
En principio, el cristianismo condenaba las festividades paganas y los excesos de la bacanal, por lo que las autoridades religiosas y civiles buscaron transformar estas celebraciones en eventos más controlados.
El resultado fue el carnaval, que comenzó a incorporar elementos de diferentes festividades paganas: saturnales y bacanales.
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Cómo citar: Significados, Equipo (24/07/2024). "Dionisio (dios griego del vino)". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/dionisio-dios-griego/ Consultado: