Articulaciones
Las articulaciones son los tejidos anatómicos que facilitan los movimientos mecánicos, aportan elasticidad y sirven de unión entre huesos, huesos y cartílagos o entre el tejido óseo y los dientes.
Las funciones principales de las articulaciones son mantener unidos los huesos del esqueleto y de esta manera facilitar el movimiento del cuerpo. Gracias a eso podemos caminar, sentarnos, correr, hablar, elaborar cosas con las manos, entre muchas otras actividades.
Las articulaciones, en conjunto con otros tejidos, permiten los movimientos del cuello, de las rodillas, de los brazos y hombros, de los dedos de manos y pies, de la cadera, entre otros. A excepción de los huesos que forman el cráneo, que aunque estén conformados por articulaciones, su movimiento es casi nulo.
Características de las articulaciones
Las articulaciones son estructuras anatómicas que conectan dos o más huesos, permitiendo el movimiento, proporcionando estabilidad y amortiguación.
Aunque el grado de movimiento varía mucho entre una articulación y otra, todas permiten algún tipo de movimiento, ya sea muy limitado o muy amplio.
Están compuestas por diferentes tejidos, como cartílago, ligamentos y cápsula articular, y se clasifican en distintos tipos según su estructura y función.
Aunque los componentes específicos pueden variar, todas las articulaciones tienen al menos dos superficies óseas que entran en contacto.
La mayoría de las articulaciones están recubiertas por cartílago articular, un tejido liso y resbaladizo que reduce la fricción durante el movimiento.
Muchas articulaciones están envueltas en una cápsula articular, una membrana que sella la articulación y contiene el líquido sinovial.
La mayoría de las articulaciones están reforzadas por ligamentos, bandas fibrosas de tejido conectivo que proporcionan estabilidad y limitan el movimiento excesivo.
Las articulaciones están inervadas por nervios que transmiten señales sensoriales y motoras, permitiendo que el cerebro controle el movimiento y perciba el dolor. Las articulaciones reciben suministro sanguíneo para nutrir los tejidos y eliminar los desechos.
Todas las articulaciones cumplen funciones esenciales como permitir el movimiento, proporcionar estabilidad, absorber impactos y distribuir fuerzas.
Tipos de articulaciones
El cuerpo humano está compuesto por 360 articulaciones, las cuales se clasifican según su composición y por los movimientos que permiten realizar.
Articulaciones según su composición
Fibrosas: son las articulaciones que están compuestas por fibras de colágeno.
Cartilaginosas: son las articulaciones que están compuestas por bandas de cartílago que se conectan a los huesos.
Sinoviales: estas articulaciones están conectadas por un tejido denso e irregular que forma una cápsula con un líquido que permite que los huesos se articulen.
Articulaciones por su movimiento
Sinartrosis: son las articulaciones inmóviles, rígidas. Estas articulaciones se mantienen unidas por el crecimiento del hueso o por un cartílago. Ejemplos de estas articulaciones son los huesos que conforman el cráneo, la nariz, entre otros.
Anfiartrosis: son las articulaciones que pueden realizar movimientos leves y que se caracterizan por ser cartilaginosas. Estas articulaciones se encuentran en la unión de los huesos de la columna vertebral.
Diartrosis: son las articulaciones que pueden realizar mayor cantidad de movimientos y que más hay en el cuerpo.
Por medio de estas articulaciones se pueden realizar movimientos de flexión y extensión, de desplazamiento, giros, rotación lateral y medial, abducción, circunducción, entre otros.
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Cómo citar: Significados, Equipo (10/09/2024). "Articulaciones". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/articulaciones/ Consultado: